la vecinita

Cada día por la mañana hacemos el café unos vecinos y yo delante del comercio donde trabajamos, por la mañana a la misma hora pasa una vecina de un local de al lado.Cuando pasa ,muy educada dice hola con una sonrisa en la cara, cada día igual, al final un día se paro y me dijo que si se podía unir al club de los cafeteros, por supuesto le dijimos que si, que una chica tan bonita se podía quedar con nosotros. Despues de un tiempo que pasara quedándose con nosotros , un día al mediodía entro en el comercio, y me pregunto que si le podía hacer un café le dije que si que pasara ,que se lo hacia .Ella se reía y paso, nos sentamos dentro que tengo un pequeño despacho con dos sillas, empezamos a hablar, iba con un uniforme de trabajo que se le marcaba todo, un poco provocativa, pero eso ya me gustaba, seguimos hablando con el café que estaba muy caliente y me dijo que hacia mucho calor si podía dar el aire acondicionado yo me levante y lo di.Estaba mirándola tenia un buen cuerpo y encima le encanta tontear y que le vayan diciendo cositas. Me empecé a acercar a ella diciéndole cosas bonitas acariciándole la cara, a ella parecía que eso le gustaba con su cara en mis manos la bese, ella se dejo llevar y seguí acariciándola mientras la besaba le pase las manos por los pechos que eran enormes grandes y firmes me ponía muy cachondo, le empecé a besar el cuello pasándole la punta de la lengua hasta llegar a su oreja que me recree con ella, le quite la parte de arriba del uniforme se le quedaron los pechos sueltos no tenia sujetador, se los empecé a lamer ,ella lo único que hacia era decir que siguiera, eso aun me ponía mas cachondo todavía, le pase la mano por encima del pantalón, por encima de su sexo, ella abrió las piernas rápidamente para que pudiera acariciar mejor, le metí las mano por debajo del pantalón que eran de esos que no llevan ni cremallera ni nada solo una goma para aguantarlos , cogí las bragas con los dedos y empecé a tocarle los labios que los tenia bien húmedos, mas bien empapados de flujo , se levanto se quito los pantalones y las bragas y se sentó encima de la mesa, se tumbo un poco y empecé a lamérselo le pasaba la lengua por las ingles, por los labios y el clítoris se me caía la baba, lo tenia todo depilado sin ningún pelito, daba gozo chupar una cosa así. Yo disfrutaba mientras se lo lamia ya que ella no para de gemir y decirme que se la metiera. Me quite los pantalones y empecé a metérsela, me aparto, se agacho y saco de la parte de arriba del uniforme un preservativo, lo abrió se lo puso en la boca y me lo puso con la boca, parecía que eso ya lo hubiera echo antes porque lo hizo con una facilidad increíble. Con el preservativo puesto, volvió a levantarse y ponerse encima de la mesa pero esta vez casi tumbada entera, con las piernas encima de la mesa y la parte del culo para fuera de la mesa, entre la posición y lo mojada que iba fue muy fácil que entrara empecé a moverme con unos movimientos fuertes ella no paraba de gemir y decir sigue, sigue. Le daba tan fuerte por el calentó que llevaba que se agarró a la mesa. No paraba sus pechos de moverse para arriba y para abajo me ponía muy cachondo, ella empezó a gritar, eran uno gritos que daban hasta miedo de lo fuerte que lo hacia pero me daba mucho morbo, una de mis embestidas yo casi apunto de correrme, la miraba como le iba cambiando la expresión de la cara estaba disfrutando. Cogida ella a la mesa empezó a moverse también dándome unas sacudidas increíbles, hacia tanta fuerza que levanto parte de su dorso, empezó a correrse , gritando y gimiendo ya no pude aguantar mas y yo me uní a ella gimiendo fuertemente los dos corriéndonos y disfrutando de nuestros cuerpos. Ya habíamos terminado , nos vestimos salimos y se fue a su trabajo cuando entro el vecino del otro local riéndose, me dice: os habréis caído, porque esa manera de gritar no es muy normal. Al día siguiente por la mañana volvimos los mismo a tomar el café cuando, creí que le daría vergüenza volver a quedar a tomar el café pero la verdad es que volvió como no hubiera ocurrido nada.A los pocos días me di cuenta que le venia a buscar su marido…


por Francisco F.