viernes, 25 de junio de 2010

Un buen despertar

El otro día me despertó mi mujer como nunca antes lo había hecho, fue un rato muy placentero. Yo estaba durmiendo cuando aquello que noto que me empiezan a acariciar, una especie de cosquillitas en la espalda y por todo el cuello, me destapa y empieza hacer mas cosquillitas por las piernas yo me empiezo a despertar. Me doy media vuelta para decir buenos días y cuando lo hago me encuentro a mi mujer totalmente desnuda acariciándome, aquello que se pone a la altura de mi sexo, empieza a acariciarlo lógicamente enseguida aquello se puso duro como un piedra ella empezó a cogerla un poco más fuerte y hacer unos movimientos más insinuantes , enseguida acercó los labios, que los tenía un poco húmedos y cogió la puntita, dándome unos pellizquitos muy pero que muy agradables, mientras seguía acariciando los muslos y los genitales. A los pocos segundos empezó a metersela dentro de la boca y apretando con los labios me producía una sensación muy agradable. Cogió mi mano y se la puso encima de un pecho, se giró para que le pudiera tocar y enseguida puso su sexo sobre mi boca. Empecé a lamer mientras ella me iba lamiendo a mí. Con mi lengua, poco a poco, suavemente, empecé a acariciarle el clítoris que ya tenía bastante húmedo , enseguida noté que se iba y empezó a gemir y gemir y a acercar su sexo a mi boca, haciendo incluso un poco de fuerza para que pudiera meter un poco más mi lengua en su sexo , ésto le llevó al orgasmo inmediato.
Justo después, ella se separa un poco y empieza a apretar más y más mi sexo. La tenia cogida fuertemente como nunca antes lo había hecho, seguía y seguía moviendo la mano cuando la agarró con la otra todavía la cogía más fuerte, resbalándose sus manos por culpa de la saliva. A los pocos minutos ya no podía más, empecé a eyacular y ella aun apretó un poco más. Mientras me iba corriendo, notaba como mi esperma salía lentamente y no paraba de salir, enseguida ella apartó las manos y empezó a soltarla lentamente para que saliera todo lo que había dentro. Fue un despertar maravilloso.

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